Me desperté como un día cualquiera, me cambie para ir a la facultad pero antes de poder irme tuve una discusión con mi papa... Me sentía pésimo, no podía dejar de llorar, en el camino decidí no ir a la facultad de esa forma, entonces busque un lugar cómodo, que no fue muy difícil ya que me encontraba en un parque que hay cerca de mi casa que por cierto es muy lindo y tranquilo.
Necesitaba escuchar su voz, entonces la llame, me atendió a los bostezos ya que era un sábado a las 9 am. De la misma forma que lo esperaba, el solo escucharla me hizo sentir mejor, es impresionante como un simple "Hola", hace que tu día no sea uno mas... Hablamos de lo que paso, de como me sentía, y con lo poco que me dijo me ayudo un montón, me pude limpiar las lagrimas de una vez por todas. Sinceramente espero no haberla molestado con mi llamado, o haberla hecho sentir mal, o incomoda. El llamado termino y seguí mirando el cielo.
Después de un rato de mirar el mismo punto me acorde de un regalo que me habían hecho, abro mi mochila saco el libro, y después de pasar las primeras paginas leo, "La vida es un paraíso para las personas que aman apasionadamente muchas cosas.", en ese momento me rompí automáticamente de nuevo, el no lo sabia, pero ese regalo me hizo acordar por que hago todo lo que hago, por que soy tan feliz, a pesar de que las cosas no siempre salen como uno lo espera... No tengo mucho mas que decir, solo me gustaría citar un fragmento del libro, como para que el que lea esto lo pueda apreciar...
"Amaos los unos a los otros." Esta palabras fueron pronunciadas hace mas de dos mil años. A pesar de la fuerza de este mandato, muchos hemos logrado ignorarlo durante esa misma cantidad de años. Todos lo repetimos, pero somos pocos los que esperamos que alguien realmente lo practique. Eso lo dejamos para los locos o los santos." Leo Buscaglia.
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